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Los mejores libros de 2025

Esta entrada se titula los mejores libros de 2025 para optimizarla de cara a los buscadores, pero es obviamente la lista de los mejores libros del año entre los que he leído. ¿Qué libros leer en 2025? ¿Qué nuevas lecturas afrontar entre las obras publicadas en español en 2025? Como seguramente buscas novedades editoriales interesantes, al menos te llevarás unas sugerencias valiosas, una lista muy personal que se irá actualizando a lo largo del año.

Sangre de chocolate, Radka Denemarková (Galaxia Gutenberg)

Portada de 'Sangre de chocolate', de Radka Denemarková

Radka Denemarková es una traductora, novelista y dramaturga nacida en 1968 en Praga y según la editorial que la publica, muchos la consideran la autora checa contemporánea más importante y la voz más fuerte de su generación. Voz fuerte es, sin duda. Estudió Literatura Alemana y Checa en la Universidad Carolina de Praga. Ha publicado nueve libros, entre ellos seis novelas que se han traducido a más de veinte idiomas. El dinero de Hitler y Contribución a la historia de la alegría son los dos libros en castellano previos a este publicados por Galaxia Gutenberg en 2015 y 2020. Forma parte de la Academia Alemana de Literatura y Poesía.

Sangre de chocolate es una particular novela (traducida por Juan Pablo Bertazza) con aire ensayístico protagonizada por tres figuras históricas cuyas vidas, solapándose, recorren el siglo XIX: las escritoras George Sand y Božena Němcová y el magnate monopolista John D. Rockefeller. El hilo del relato alterna las vidas de estos tres personajes, sin someterse a un orden lineal.

La narradora establece desde el principio el viaje en tren como marco simbólico del relato, el tren como gran acontecimiento del siglo XIX. Para transmitirnos esta apuesta narrativa, el estilo busca la rapidez, la sensación de impulso, a través de escenas o epígrafes de corta extensión, utilizando al final de muchos de ellos una coda de aire (“Sí, ya. Sí, ya. El tren viene, el tren va”) que podría recordar al movimiento circular de las bielas de acoplamiento de las ruedas, al traqueteo de las vías o a las intermitencias con las que el paisaje se presenta a los pasajeros de un tren en movimiento.

Creo que la distancia entre el concepto y la ejecución del estilo es mínima y funciona bien a pesar del riesgo que corre de ser insistente, cargante, obvia o ripiosa. Personalmente, la lectura de este libro, que por cierto son casi seiscientas páginas, me ha resultado adictiva y eso a pesar de que el libro exige cierta intensa atención inicial para entrar en su universo.

Parte de su magnetismo reside en la fuerza de las ideas que la narradora pretende transmitir. Porque Sangre de chocolate es, sin duda, una ficción, pero uno de sus elementos característicos es que tiene momentos de corte editorial, en los que la autora, sin necesidad de cortes ni recurso alguno, trae al presente la narración para opinar sobre cuestiones de fondo con referencias contemporáneas. Sería algo parecido a la ruptura de la cuarta pared, aunque en este caso no hay un uso de la segunda persona que interpele al lector o la lectora.

Cabe preguntarse por qué elige Denemarková esos tres personajes y, sobre todo, qué relación hay entre ellos. Es algo que habría que preguntarle a la autora, para que nos dé pistas, porque yo no he sabido captarlo. Tanto George Sand como Božena Němcová son escritoras pioneras. La una es rica, la otra vivirá en la pobreza. Ambas viven su sexualidad muy libremente y tendrán diferentes amantes, tratando de huir de lo que sienten como el yugo matrimonial. George Sand desarrolla una carrera intelectual rodeada de algunos de los artistas y creadores más importantes del momento. Božena Němcová es secuestrada por la causa nacionalista checa para que use su talento literario con fines activistas. Y qué pinta Rockefeller en todo esto. Pues no lo sé, pero representa otra faceta del germen en el siglo XIX de oleadas y maremotos que marcan el siglo XXI, en este caso el capitalismo convertido en una religión o la religión convertida en una ideología pretendidamente racional pero siendo la herramienta de la codicia y del deseo de poder.

El siglo XIX es una explosión de cambios cuyos efectos soportan los siglos siguientes, que se atragantarán con el humo de las nuevas palabras: industrialización, industria, consumo, sociedad de masas. Nos legó la palabra codicia. Las traviesas del siglo XIX no sólo conducen a Auschwitz.”

Este libro tiene una personalidad fuerte y provocará adhesiones y rechazos. A mí me funciona la mezcla. Me gusta. Me interesan mucho esos libros que tratan de construir un relato que explique nuestro yo histórico, el nosotros histórico. Además, a partir de estos tres troncos narrativos, Radka Denemarková hace desfilar otras figuras atractivas en las que profundizar: Ida Tarbell, George Elliot, Alfred de Musset, Chopin…

Oposición, Sara Mesa (Anagrama)

Portada de 'Oposición', de Sara Mesa

Tratar de analizar las novelas de Sara Mesa me sume en cierta perplejidad porque sé reconocer el talento y oficio objetivos de sus propuestas pero su idea de la literatura va por otros derroteros que no son los míos. La suya es una literatura que se aleja de lo ornamental. No grita: soy buena literatura. Me cuesta desentrañarla críticamente. Porque lo cierto es que sus novelas tienen ritmo, están escritas con fluidez y su fraseo es ágil, suena coloquial pero las construcciones no chirrían ni en el uso de palabras ni en su colocación, crea tensión y suspense con las situaciones más banales, las relaciones personales están cargadas de verdad y por lo tanto de luces y sombras, los personajes no son etiquetables incluso cuando tienen rasgos aparentemente estereotípicos, porque no cae en la caricatura.

Tanto con Un amor, como con La familia como con Oposición, salgo de la lectura con la sensación de que me han gustado y de que son buenas novelas. Pero me genera curiosidad saber cómo valoraría sus libros si no me hubiesen llegado ya como una autora consagrada y valorada por la crítica. En el caso de Oposición, sin embargo, me deja menos huella que con las anteriores, quizá porque el universo que construye me resulta menos original.

Este juicio se ve además influido porque la obra se encuadra casi en el género del humor, siempre tan depreciado por la crítica. Y precisamente, la comicidad de la obra, tan irónica pero tierna a la vez, me pide más cervanteo, un poco más de adorno, quizá. Pero cada cuál tiene su voz. La de Mesa es sobria, pone el mérito literario más en la construcción, en el ritmo narrativo, en fronteras morales difusas. Sus libros, además, tienen esa extensión estándar de la novela de hoy, en este caso 232 páginas.

Oposición cuenta la trayectoria de una joven que es empleada como interina en una oficina de las administraciones públicas, asumimos que en Sevilla por ser el lugar de origen de la autora, y que a pesar de vivir en primera persona el funcionamiento de una maquinaria burocrática ineficiente y absurda se ve presionada por su entorno y decide prepararse una oposición a funcionaria.

La novela nace de la experiencia de la propia autora, que trabajó durante años como funcionaria (o como interina), y denuncia con ironía la deshumanización de las estructuras burocráticas públicas mientras retrata los universos entre patéticos y tiernos que pueden proliferar en estas oficinas.

Temáticamente me ha gustado porque creo que critica con incisividad y con rigor la ineficiencia y la ridiculez de las estructuras administrativas y las burocracias de lo público. Uno, que trabaja en una empresa pública, puede reconocer, si no en carne, sí en espíritu, muchas de las situaciones que retrata. En esta España en la que cada vez más personas quieren aprobar una oposición para vivir una carrera tranquila, Mesa ha escrito un libro muy actual.