“Qué distinto se ve el siglo XXI desde el siglo XX”, dice la narradora de La memoria del alambre, para poco después confirmar “qué distinto se ve el siglo XX desde el siglo XXI”. Frases aparentemente unívocas que hablan, claro, de la Historia con MAYÚSCULAS pero que sobre todo hablan de cada uno de nosotros: se ven diferentes nuestros 40 años desde los 15, nuestros 15 desde los 40 años, como en el caso de la narradora de la novela de Blasco, que recuerda una adolescencia salvaje en la Valencia de finales de los 80 cuando, venticinco años después, la madre de su amiga Carla se pone en contacto con ella por correo electrónico para preguntarle qué llevaba su hija en los bolsillos el día que fue arrollada por un tren.
Seguir leyendo…MÁS LEÍDAS
- Viajar a Estambul y Turquía: guía de libros y lecturas
- Reseña de ‘Éramos otros’, de Andrés Trapiello
- Reseña de ‘Un trabajo para toda la vida’, de Rachel Cusk, y de ‘Pequeñas labores’, de Rivka Galchen
- Viajar a Croacia y los Balcanes: guía de libros, lecturas y películas
- Viajar a Túnez y Sicilia: guía de libros, lecturas y películas