M, los últimos días de Europa es el tercer libro de Antonio Scurati en el que recrea la trayectoria política y personal de Mussolini desde el final de la I Guerra Mundial, cuando vemos su viaje de la afiliación socialista a la fundación del fascismo y la toma del poder en Italia. En esta tercera entrega, que no debería ser la última, la historia transcurre entre 1938 y mayo de 1940, cuando Italia entra en la guerra del lado de la Alemania nazi.
Scurati es un napolitano nacido en 1969, licenciado en Filosofía, cuya carrera se ha desarrollado en la universidad. Actualmente es profesor de Literatura Contemporánea en la Universidad de Milán, además de ser autor de un puñado de ensayos y novelas y de escribir artículos de opinión en el Corriere della sera.
En estos tiempos de negacionismo y de auge del populismo, la obra de Scurati, además de ser una construcción literaria mayúscula, es un recordatorio de hechos históricos que deben ser escrutados para comprender mejor las raíces del desastre.
M, los últimos días de Europa
Autor: Antonio Scurati
Traductor: Carlos Gumpert
Editorial: Alfaguara
Páginas: 418
Año de publicación: 2023 (original: 2022)
La serie de novelas de Scurati, que debería completarse en un futuro con un cuarto libro que cierre la vida del dictador fascista, es uno de los proyectos literarios de mayor envergadura en el panorama actual. El escritor, que ha publicado numerosos ensayos y crónicas, maneja con rigor las fuentes históricas para construir una novela en la que mezcla la recreación ficcional de escenas, diálogos y sucesos y el intercalado de textos, artículos y documentos reales. En ocasiones, quien lee puede tener la sensación de no saber si lee una novela, un ensayo o un ameno manual de Historia.
El primero de la saga, M, el hijo del siglo, fue publicado en 2018 en italiano y en 2020 en castellano, con traducción de Carlos Gumpert, que es también el traductor de los dos siguientes tomos: M, el hombre de la providencia y este M, los últimos días de Europa, publicados en España por Alfaguara en 2021 y 2023 respectivamente.
Es incuestionable la fascinación que sobre nuestra mirada de lectores o espectadores ejerce el primer tercio de siglo XX, especialmente los años 30 y la Segunda Guerra Mundial. La lucha entre fascismo y comunismo, la toma del poder por parte del nazismo, la brutalidad del régimen soviético. Personalmente, no me canso de leer libros o ver películas y documentales sobre la Primera Guerra Mundial, sobre el período de entreguerras, sobre Stalin, Hitler… y ahora Mussolini. Imagino que es una mezcla de muchas razones: la incomprensión ante la maldad humana; cierta repugnante atracción por el desempeño del poder, por la apariencia de superhombres de estos seres infectos; el interés por los relatos fundacionales de la propia civilización…
Este tercer libro se centra precisamente en los momentos previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial, hecho histórico cuyos ecos y consecuencias resonarán durante mucho tiempo. Scurati nos muestra a un Mussolini diletante, oportunista, dubitativo, mediocre. Quien ha leído los anteriores libros, observa el declive de un Mussolini que veinte años antes parecía un líder incuestionable, firme, seguro.
Una trilogía llena de virtudes
El primero de los libros, en efecto, comienza con un Benito Mussolini expulsado del partido socialista, inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial, en la que Italia, a pesar de unirse a las potencias vencedoras en medio de la guerra, se considera humillada al recibir pocas compensaciones. Mussolini, que trabajaba como periodista, recoge ese descontento, en especial el de los combatientes que la sociedad italiana orilla, y lo aprovecha como alimento del fascismo, construyendo un movimiento que sirve de oposición a la izquierda.
Una de las características de los libros de Scurati sobre Mussolini es el desarrollo con detalle de la personalidad y la trayectoria de otros personajes que, aunque secundarios, adquieren mucho protagonismo. En la primera entrega, además de fascistas de primera hora como Italo Balbo o la amante de Mussolini, la intelectual Margherita Sarfatti, la figura fundamental es Giacomo Matteotti, líder socialista, un hombre gris, con sombras en su vida personal, pero que fue un firme y valiente opositor al fascismo incluso cuando este ya había tomado el poder y cuyo asesinato en 1924 puede considerarse esencial para la consolidación del fascismo.
El juego de luces y sombras con los personajes es una virtud necesaria para cualquier novela pero especialmente para aquellas que pretenden recrear hechos históricos. Scurati la cultiva, se acerca a la realidad narrada y a sus protagonistas con una mirada documental, aunque no aséptica; desapasionada pero ética.
El segundo tomo, quizá el más farragoso, narra todo el proceso de consolidación del régimen fascista, la admiración en otras partes de Europa y el mundo por ese hombre enérgico y laborioso llamado Benito Mussolini. Hitler lo admira y lo ve como referente. En España cobra forma un movimiento que trata de reproducir el espíritu fascista. Es admirado por Roosevelt e incluso ocupa la portada del Time. Como decía aquel personaje de Tierras de penumbra, en los años 30 o eras fascista o eras comunista. Mussolini y sus fascistas buscan crear un imperio y el segundo libro termina con el espejismo de la invasión italiana de Etiopía.
A lo largo del tercer libro, además de Mussolini, conocemos a fondo la figura de Galeazzo Ciano, yerno del dictador, un mediocre al que este coloca como ministro de Asuntos Exteriores y que se ve arrastrado a negociar una guerra que no quiere. La pantomima de Ciano y su suegro tratando de evitar la entrada en el conflicto, comportándose como mediocres y fanfarrones, intentando Mussolini convertirse en el pacificador mientras Hitler lo trata como a alguien que no es de fiar, sin ser avisado de las sucesivas maniobras bélicas de la Alemania nazi hasta que ya son un hecho: Checoslovaquia, Austria, el pacto de no agresión con Stalin…
La segunda pata en la que descansa el libro es la aprobación de una ley antisemita -más dura que las que entonces regían en Alemania contra los judíos-, provocando la caída en desgracia e incluso la huida de fascistas de la primer ahora, como la misma Sarfatti o el podestà de Ferrara, amigo íntimo de Italo Balbo, que asiste perplejo a una medida que no parece sino querer impresionar a Hitler, pues en la ideología fascista no había motivaciones étnicas.
M, los últimos días de Europa es el más breve de los tres libros publicados hasta el momento y se lee con mayor fluidez. El ritmo es más trepidante que el de los anteriores, por los hechos que cuenta, una escalada gradual hacia la guerra, por hacerlo de un modo más sobrio, y por centrarse en un menor número de personajes. A lo largo del texto, la mirada ética de Scurati desarrolla una labor impagable al sacar los colores a la propia nación aunque lo hace desde un relato alejado del maniqueísmo y del trazo grueso.
No puedo sino contemplar con envidia el monumental trabajo de Scurati, que narra un momento único en la historia de su país desde la ficción histórica más rigurosa y trazando una fantástica geografía de personajes tremendos. Proyectos de esta ambición y excelencia se echan de menos en España.