Entonces comprendí que la vejez también es esto: enfrentarte a ti mismo, descubrir quién eres a través de lo que los demás piensan de ti”
Un anciano de setenta y cinco años narra su vida en una residencia para la tercera edad de la sierra de Madrid, donde ha ingresado después de sufrir un ictus que le ha paralizado un lado del cuerpo. Este es el punto de partida de El río de cenizas, la decimocuarta obra de Rafael Reig (Cangas de Onís, 1963).
Mientras se familiariza con las rarezas de sus compañeros de residencia, repasa acontecimientos de su vida pasada, comenta la lectura de libros clásicos que compra en la librería del pueblo y relata los avances de la pandemia mundial provocada por un virus que parece contagiarse a través de los oídos y los gorriones.
Con un tono irónico y a ratos paródico, Reig dibuja un personaje de vuelta -pero no a lo Clint Eastwood- que en su juventud fue “acomodaticio, solapado y ambicioso” pero que quizá descubra en sus últimos días un sentido de comunidad.
El río de cenizas
Autor: Rafael Reig
Editorial: Tusquets
Páginas: 254
Año de publicación: 2022
El río de cenizas es un libro que he disfrutado leyendo, lo cual no es poco. Su escritura es diáfana y de intenciones evidentes. Coloca en un estado emocional, tierno, que me agrada. Y me gusta sobre todo el punto marcoaureliano que se trae, con un catálogo de lecturas clásicas y algunas consideraciones con trasfondo, incluso aunque no las comparta del todo, como cuando dice y repite: “La actualidad es enemiga de la cultura”.
La mirada del personaje principal me interesa por humana y humanista. Su estar de vuelta no es cinismo sino crítica acerada cuando le apetece pero con la inteligencia de desdecirse en la página siguiente.
De la novela de Tusquets me interesan menos los personajes que rodean al protagonista, que para mí adolecen de falta de originalidad. Quizá son demasiado reales, demasiado lo que nos encontraríamos en una residencia de ancianos. No me los llevo puestos. Me gusta también que esté ambientada en la sierra de Madrid. Que salga de lo urbano. Madrid es más que la M-30.
De Reig no he leído nada más, pero sí sé que su trayectoria demuestra una gran libertad, lo cual me hace empatizar con él de partida. Ha salido no demasiado bien de algunos medios -de izquierdas: Público, Eldiario- en los que trabajó, quizá por su incapacidad para pasar por aros ideológicos y no casarse con nadie. O por ser un utópico, quién sabe. En un momento dado de su vida dejó la vida malasañera y se fue a vivir a Cercedilla, donde regenta(ba, al menos hasta septiembre de 2020) una librería, la Fuenfría.
Lo que nos impide ser libres es el miedo. Miedo a la muerte, al dolor, a los dioses que hemos inventado, a los poderosos contra los que no nos rebelamos, y sobre todo miedo a la libertad (por eso nos procuramos tantos otros miedos)”